Anteproyecto de edificio residencial de viviendas públicas situado en un entorno de contrastes climáticos, cuya idea esencial es generar un gran patio como corazón del edificio. Es el elemento principal, funciona como regulador bioclimático y como espacio de relación social. En torno a él giran todas las viviendas (de tres tipos: S, M, L), y se nutren de las ganancias térmicas que obtiene en invierno y de las ventilaciones cruzadas que ofrece en verano.

Esto es posible gracias a que el patio esta cubierto por dos elementos de cristal en forma de chimenea, lo cual favorece las corrientes de aire de manera natural cuando están abiertas y genera un efecto invernadero cuando están cerradas.

En cuanto a la piel exterior, lo más destacable de la fachada son las contraventanas plegables, que tras un estudio solar se decidió el sentido de la apertura para generar sombras sobre los huecos en verano. Además, configuran una imagen exterior dinámica, en constante movimiento a lo largo del día y de las diferentes épocas del año.

Todo ello, sumado con instalaciones de energías renovables y un sistema de cerramiento de altas prestaciones, consiguen que las viviendas sean altamente eficientes.

Por último, toda vivienda está dotada con un espacio exterior-terraza asociado y cuentan con una flexibilidad espacial que permite diferentes configuraciones según su uso.

La frase de Yann Martel en La vida de Pi resume muy bien la esencia del anteproyecto: «No existe paz comparable con la de un patio interior en un día soleado”.